Todo depende del ojo con que se mire… -dijo algún
filósofo- al referirse al modo de asimilar y acomodar alguna situación que se presente en la vida,
y lo precisó tan bien, que actualmente esta frase es de uso común porque se
adecua perfectamente a nuestra realidad, llena de sorpresas y desafíos.
Lo que es bueno para mí, no precisamente puede serlo para
ti, pues los hechos no pueden ubicarse en categorías de “buenas” o “malas”, y
si lo dudan, pregúntenle a algún ladrón
si siente remordimiento por sus actos.
En fin, estos hechos particulares también los podemos
ubicar en la tecnología, que en pocas palabras, es una ciencia que día día se
renueva para satisfacer las comodidades “sociales”, aunque puede sonar paradójico
para aquellos que no tienen ni una pared de bloque en su casa, pero, sin
embargo, los avances tecnológicos que han surgido en nuestra sociedad no pueden
encasillarse en categorías como las nombradas anteriormente, pues aunque Windows
es un software capitalista aun lo sigo utilizando en mi computadora, la
cuestión no es usar o no, algo, el problema ocurre cuando no admitimos la
aplicabilidad, la importancia y los inconvenientes que pueden producir a otros,
pues la tecnología es ciencia e innovación cuando realmente tiene beneficios a
corto y a largo plazo, para gran parte de la población, en cualquier contexto
social.
Autora: Olanny Segovia
Olanny Segovia
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